La simulación clínica constituye una herramienta pedagógica que ofrece la posibilidad de realizar de manera segura, eficaz y controlada, una práctica profesional. A través de ella, el estudiante o el profesional de la salud interactúa, en un entorno que simula la realidad, con una serie de elementos, a través de los cuales será capaz de resolver situaciones clínicas de baja o de alta complejidad. Esta metodología integra el conocimiento científico y los factores humanos.
La Simulación Clínica tiene tres objetivos principales: educación, evaluación, y la mejoría del trabajo en equipos de salud. Cada uno de estos objetivos puede alcanzarse mediante la combinación de role play, actores o pacientes simulados y herramientas tecnológicas. A estos componentes se agrega un elemento que es muy característico de esta metodología que es el debriefing o la reflexión por parte de cada uno de los participantes para describir lo que se hizo bien y mal, para luego visualizar soluciones y llevarlas a su practica real.